martes, 5 de octubre de 2010

El té es la bebida más consumida en el mundo después del agua. Una de sus variedades es el té verde, muy apreciada en oriente y a la que se le atribuyen propiedades saludables tan diversas como la reducción del riesgo de enfermedades cardiovasculares y algunos tipos de cáncer, control del peso corporal, actividad antibacteriana y antivirásica, propiedades antidiarreicas, protección frente a las radiaciones ultravioleta; asimismo, se ha constatado su utilidad en la salud oral, donde se le atribuye colaborar en la prevención de aparición de caries y enfermedad periodontal, y en cosmética.

En la actualidad, la mayoría de estos efectos están avalados por estudios científicos, en especial, todas las propiedades relacionadas con su actividad antioxidante. No obstante, según los investigadores, entre los diversos autores aparecen discrepancias respecto al consumo óptimo para que se manifiesten los efectos. Por supuesto, señalan que “el consumo debe ir acompañado de hábitos de vida saludables”.

A la vista de todos los estudios revisados y discutidos, los científicos consideran que la incorporación de un consumo regular de té verde a las dietas occidentales, puede contribuir a la ingesta total de antioxidantes, con la correspondiente repercusión positiva sobre la salud. Además, aseguran que, “es preferible el té verde en hojas o comprado a granel al empaquetado en bolsitas”.